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La historia del cuaderno azul

No sé cómo lo saqué de Devoto.

Los cuadernitos eran uno de los tesoros más caros y anhelados de poseer.

Cuando escuchábamos el ruido atronador de la patota, que venían por la requisa, desesperadamente tratábamos de encontrar un lugar para esconderlo.

Muchas veces no lo lográbamos. Se los llevaban o los encontrábamos destrozados, manchados con el azúcar y la yerba, mojados y deliberadamente pisoteados.

El mío o al menos, uno de los tantos que posiblemente tuve, logró sobrevivir, como yo, y salir seguramente camuflado, no sé.

Lo raro es que cada 24 de Marzo lo sacaba, lo llevaba a cuanta exposición hubiera o a las escuelas, pero no me había puesto a releerlo atentamente. Por ahí, rescataba una poesía, un cuentito, una explicación.

Allá por el 2010, los Ex Presos Políticos, organizan una gran muestra de nuestros recuerdos carcelarios. Estuvo estupenda. Yo llevé mi cuadernito y algunas otras cositas. Pasó el tiempo y cuando fui a retirarlo, no lo encontré. Una compañera me dice: “creo que Claudia Soria se lo llevó con otras cosas que no habían sido retiradas”. Un día le pregunté a Claudia y me dijo, “no sé, no me acuerdo”.

El cuadernito estuvo, para mí, perdido desde entonces hasta hace poco, cuando, una tarde, Claudia Soria me presenta a una de sus sobrinas, Antonella Flores.

Por cierto,  nuestras conversaciones siempre vuelven a nuestras vidas compartidas. Y esa tarde, Anto nos miraba, nos escuchaba, nos preguntaba hasta que en un momento se fue.

Al rato vuelve con algo en las manos y me comenta que desde hace mucho tiempo está pasando los escritos de ese cuadernito que encontró entre los papeles de su tía. ¡¡¡Guau!!! ¡¡¡MI CUADERNITO!!! Recuperado y, en tan buenas manos.

Pasó el tiempo y un día recibo un archivo de Antonella a través de internet ¡¡¡Me quiero morir!!! Cuántas cosas había en esas hojas amarillas, cuánta ternura, cuánta vida compartida. Me emocioné al encontrar poemas de Adriana Capelletti, una compañera que alzó sus alas y trascendió hacia el infinito.

Cada pedacito que leo, me recuerda cada instante, gestos, situaciones.

Y claro, ahora entiendo porque tanto ensañamiento con los cuadernitos. Allí estábamos NOSOTRAS, esas éramos, solamente esas…

"Ellos son Mis Chiquitos, Ellos son Mi Resistencia.

Mis alumnos de la Escuela Nº 11 de Sanagasta 

La escuela de la que fui Directora hasta que me jubilé"

Azucena de la fuente

© 2016 by Antonella Flores

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